Con 80 años y una biografía digna de ríos de tinta, el
cantautor, poeta y escritor canadiense Leonard Cohen goza de un presente que
lo tiene ahí bien activo y con tela para cortar. Ya las giras mundiales del
último lustro y el disco Old Ideas (2012) lo habían mostrado en buena forma y
entregado de manera absoluta a una audiencia extasiada con cada sílaba del
artista, en virtud de la suposición de que se tratarían de sus últimos gestos
de actividad. Gran error: lejos de exhibir algún tipo de resignación ante la
evidencia del paso inexorable del tiempo, el crooner se las arregló para salir
bien parado del desafío con su magnetismo intacto, amén del poder de su lírica
siempre sombría y sincera.
Popular Problems es su decimotercer disco de estudio y el segundo desde el
regreso al ruedo tras una millonaria estafa que lo obligó a salir del
semi-retiro a mediados de la década pasada. Como era de esperarse, el álbum,
bien producido por el prestigioso Patrick Leonard, captura la voz susurrante y
rasposa de Cohen dentro de un marco musical sutil, carente de sobresaltos, que
deja a su poesía brotar sin interferencias. Una matriz melódica netamente
sureña se impone en las nueve canciones que oscilan entre reflexiones de un
hombre que hace las cosas a su ritmo (“Slow”), que se coloca en el lugar de los
derrotados de la Historia, sea desde la persecución y matanza (“Almost like the
Blues”) o bien desde la desgracia como castigo divino (“Samson in New Orleans”), y
que ensaya conclusiones sobre el horror de la guerra sin éxito aparente
(“Nevermind”).
La brevedad del trabajo (36 minutos) y la ligera sencillez respecto de su
antecesor le aporta, paradójicamente, un aire de grandeza que pudo haberse
diluido si el producto fuese más estirado. Así, el último tema llega en un
abrir y cerrar de ojos pero con la sorpresa de una pista probable acerca de los
planes del artista. En tal sentido, “You Got Me Singing” parece decirle a todo el
mundo que esto seguirá, sea donde sea (“Me hiciste pensar y me devolviste las
ganas de continuar”), tal vez jugando con el lugar que –sabe perfectamente–
tiene reservado en la eternidad.
Links:
Leonard Cohen - Dear Heather (2004)
Leonard Cohen - Live in London (2009)
Bob Dylan - Tempest (2012)

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